Lo que en Estados Unidos ya se califica de “avalancha” en toda regla comenzó a principios de este año, el 18 de enero, fecha de aparición de ‘Bagle’. Desde entonces, este feroz ‘gusano’, que sólo ataca a computadoras que utilicen los programas de Windows, ha ido mutando en casi tres decenas de variantes, lo que complica sobremanera su control y detección. Direcciones falsas
Y todo, por saborear esos quince minutos de fama de los que solía hablar Andy Warhol. Porque, aparentemente, no es otra cosa lo que persiguen los artífices de las distintas variantes de los virus ‘Netsky’, ‘Bagle’ y ‘MyDoom’: simple y llanamente, quieren que se hable de ellos.
Y es claro que lo han conseguido. En muy poco tiempo, estos tres temibles gusanos de propagación masiva han logrado triplicar el volumen de correos electrónicos infectados en todo el mundo.
Hay quien habla ya de una “guerra de los virus” para referirse a esta insólita y virulenta competición entre ‘hackers’, que no tiene precedentes en la historia de Internet. Parece el título de una novela de ciencia-ficción, pero, por desgracia, es tan real como la vida misma. Sólo en lo que llevamos de año, ya ha habido más computadoras infectados por ‘gusanos’ que en todo 2003.
Lo que en Estados Unidos ya se califica de “avalancha” en toda regla comenzó a principios de este año, el 18 de enero, fecha de aparición de ‘Bagle’. Desde entonces, este feroz ‘gusano’, que sólo ataca a computadoras que utilicen los programas de Windows (y no al Macintosh de Apple, con mucha mejor \"prensa\" entre la comunidad 'hacker'), ha ido mutando en casi tres decenas de variantes, lo que complica sobremanera su control y detección.
La peligrosidad de ‘Bagle’ radica en que no necesita que el usuario del correo electrónico abra ningún fichero adjunto para desarrollarse: basta con que acceda al cuerpo del mensaje infectado. Su forma de contagio es sencilla: consiste en utilizar las libretas de contactos de sus víctimas, con el consiguiente efecto multiplicador.
DIRECCIONES FALSAS
La “carta de presentación” de 'Bagle' varía, pero suele llegar en un e-mail con direcciones falsas y encabezamientos generales como “Re: Hello”, “Re: Hi”, o camuflado como la notificación de un mensaje que no ha podido ser entregado por el sistema.
'Bagle' se aprovecha de una serie de errores de seguridad del popular navegador de Windows, Internet Explorer, detectados a finales del verano pasado, y parcialmente resueltos gracias a unos parches de actualización que facilitó poco después el gigante informático. Sin embargo, a día de hoy, muchos usuarios del archiconocido programa todavía no se han descargado esos parches, por lo que siguen siendo totalmente vulnerables.
Lo malo es que lo de ‘Bagle’ fue sólo el principio. Poco después de su aparición, el pasado 27 de enero, llegó (posiblemente desde Rusia) otro gusano, 'Mydoom'. En muy poco tiempo, consiguió propagarse a un ritmo vertiginoso, llegando a colapsar los servidores de grandes empresas como la norteamericana SCO.
Y, tras él, apareció 'Netsky', un virus similar a los anteriores, con una perversidad añadida que ha sido decisiva para esta explosión vírica: al tiempo que se lanzaba a infectar a millones de computadoras, aprovechaba para emprender una lucha 'fratricida' contra los demás 'gusanos', eliminándolos de los discos duros ya contaminados.
A partir de ahí, la guerra total: virulenta respuesta de 'Bagle' frente a 'Netsky', contraataque de éste último en forma de una nueva versión, cruce de improperios entre los 'hackers' ocultos en el código fuente... y vuelta a empezar. Y, por el camino, una epidemia de gusanos sin parangón: actualmente, la red de redes es, sobre todo en Estados Unidos, una auténtica sopa de virus, un campo de batalla devastado.
Y todo, por saborear esos quince minutos de fama de los que solía hablar Andy Warhol. Porque, aparentemente, no es otra cosa lo que persiguen los artífices de las distintas variantes de los virus ‘Netsky’, ‘Bagle’ y ‘MyDoom’: simple y llanamente, quieren que se hable de ellos.
Y es claro que lo han conseguido. En muy poco tiempo, estos tres temibles gusanos de propagación masiva han logrado triplicar el volumen de correos electrónicos infectados en todo el mundo.
Hay quien habla ya de una “guerra de los virus” para referirse a esta insólita y virulenta competición entre ‘hackers’, que no tiene precedentes en la historia de Internet. Parece el título de una novela de ciencia-ficción, pero, por desgracia, es tan real como la vida misma. Sólo en lo que llevamos de año, ya ha habido más computadoras infectados por ‘gusanos’ que en todo 2003.
Lo que en Estados Unidos ya se califica de “avalancha” en toda regla comenzó a principios de este año, el 18 de enero, fecha de aparición de ‘Bagle’. Desde entonces, este feroz ‘gusano’, que sólo ataca a computadoras que utilicen los programas de Windows (y no al Macintosh de Apple, con mucha mejor \"prensa\" entre la comunidad 'hacker'), ha ido mutando en casi tres decenas de variantes, lo que complica sobremanera su control y detección.
La peligrosidad de ‘Bagle’ radica en que no necesita que el usuario del correo electrónico abra ningún fichero adjunto para desarrollarse: basta con que acceda al cuerpo del mensaje infectado. Su forma de contagio es sencilla: consiste en utilizar las libretas de contactos de sus víctimas, con el consiguiente efecto multiplicador.
DIRECCIONES FALSAS
La “carta de presentación” de 'Bagle' varía, pero suele llegar en un e-mail con direcciones falsas y encabezamientos generales como “Re: Hello”, “Re: Hi”, o camuflado como la notificación de un mensaje que no ha podido ser entregado por el sistema.
'Bagle' se aprovecha de una serie de errores de seguridad del popular navegador de Windows, Internet Explorer, detectados a finales del verano pasado, y parcialmente resueltos gracias a unos parches de actualización que facilitó poco después el gigante informático. Sin embargo, a día de hoy, muchos usuarios del archiconocido programa todavía no se han descargado esos parches, por lo que siguen siendo totalmente vulnerables.
Lo malo es que lo de ‘Bagle’ fue sólo el principio. Poco después de su aparición, el pasado 27 de enero, llegó (posiblemente desde Rusia) otro gusano, 'Mydoom'. En muy poco tiempo, consiguió propagarse a un ritmo vertiginoso, llegando a colapsar los servidores de grandes empresas como la norteamericana SCO.
Y, tras él, apareció 'Netsky', un virus similar a los anteriores, con una perversidad añadida que ha sido decisiva para esta explosión vírica: al tiempo que se lanzaba a infectar a millones de computadoras, aprovechaba para emprender una lucha 'fratricida' contra los demás 'gusanos', eliminándolos de los discos duros ya contaminados.
A partir de ahí, la guerra total: virulenta respuesta de 'Bagle' frente a 'Netsky', contraataque de éste último en forma de una nueva versión, cruce de improperios entre los 'hackers' ocultos en el código fuente... y vuelta a empezar. Y, por el camino, una epidemia de gusanos sin parangón: actualmente, la red de redes es, sobre todo en Estados Unidos, una auténtica sopa de virus, un campo de batalla devastado.
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