Hoy, viernes 13 y tras un alineamiento de planetas, se han juntado un conector SATA de corriente de un SSD bastante debilucho con un cable de alimentación torcido en una caja con poco espacio, por lo que la estructura de plástico de dicho conector se ha arrancado de cuajo, doblando los pines y dejado al pobre SSD sin posibilidad de funcionar (SSD recién comprado para más señas ) y la pieza de plástico encajada dentro del conector de corriente de la fuente:
Tras utilizar un cutter fino y un pequeño punzón, pude sacar la pieza de plástico encajada en el conector:
Ahora solo hacía falta utilizar un pegamento rápido tipo "super glue3" para volver a conectar la pieza de plástico y que el conector volviera a encajar, con un poco de paciencia y cuidado y con la ayuda del socorrido punzón, no fue muy difícil hacerlo tras alinear los pines de conexión con cuidado.
Ahora al conectarlo el disco funciona perfectamente, sin embargo el problema base persiste: seguimos con unos cables que ejercen una torsión muy fuerte al conector al tener que estar bastante doblados, y ahora el conector es incluso más endeble que antes, por lo que se volverá a romper si o si.
Para evitarlo necesitamos crear una estructura que mantenga el conector recto por mucha fuerza que aplique el cable sobre el, así que manos a la obra.
Buscando entre los materiales que tenía a mi disposición encontré la típica tapita de los puertos de expansión de las torres de ordenador, que se suelen sacar en cuanto se conecta una tarjeta gráfica o similares. Son metálicos pero bastante maleables, así que con unas tijeras fuertes o unos pequeños alicates de corte me hice con dos piezas de metal que valen para asegurar el conector, en principio cualquier pieza similar debería servir.
Ahora conectamos el conector de corriente al SSD de manera que quede alineado y colocamos las placas como se indica en las fotografías, (si os fijáis, una de las placas tiene una pequeña doblez en un extremo, esto es para que haga contacto con el conector, que por un lado no está al mismo nivel que la carcasa del SSD)
Ahora solo tendremos que fijar esas placas de metal al conector de corriente y al SSD, he de reconocer que inicialmente pensé en utilizar más pegamento instantáneo para darle mayor solidez... pero eso nos complica bastante el poder cambiar el SSD de sitio en el futuro, así que utilicé otra cosa que no debería faltar en la caja de herramientas de todo buen chapucillas: la cinta aislante.
Hay que tener cuidado de no tapar el conector SATA de datos, si no después será complicado conectar el SSD. Una vez fijado al conector, fijamos el resto al cuerpo del SSD, como la cinta aislante es bastante elástica, deberemos poner unas cuantas vueltas por encima para que quede fijo:
Vale, no queda precisamente bonito, pero ahora el conector estropeado no se volverá a doblar por mucha fuerza que haga el cable, así que ya tenemos el SSD funcionando otra vez y no lo hemos tenido que tirar a la basura.
Tras utilizar un cutter fino y un pequeño punzón, pude sacar la pieza de plástico encajada en el conector:
Ahora solo hacía falta utilizar un pegamento rápido tipo "super glue3" para volver a conectar la pieza de plástico y que el conector volviera a encajar, con un poco de paciencia y cuidado y con la ayuda del socorrido punzón, no fue muy difícil hacerlo tras alinear los pines de conexión con cuidado.
Ahora al conectarlo el disco funciona perfectamente, sin embargo el problema base persiste: seguimos con unos cables que ejercen una torsión muy fuerte al conector al tener que estar bastante doblados, y ahora el conector es incluso más endeble que antes, por lo que se volverá a romper si o si.
Para evitarlo necesitamos crear una estructura que mantenga el conector recto por mucha fuerza que aplique el cable sobre el, así que manos a la obra.
Buscando entre los materiales que tenía a mi disposición encontré la típica tapita de los puertos de expansión de las torres de ordenador, que se suelen sacar en cuanto se conecta una tarjeta gráfica o similares. Son metálicos pero bastante maleables, así que con unas tijeras fuertes o unos pequeños alicates de corte me hice con dos piezas de metal que valen para asegurar el conector, en principio cualquier pieza similar debería servir.
Ahora conectamos el conector de corriente al SSD de manera que quede alineado y colocamos las placas como se indica en las fotografías, (si os fijáis, una de las placas tiene una pequeña doblez en un extremo, esto es para que haga contacto con el conector, que por un lado no está al mismo nivel que la carcasa del SSD)
Ahora solo tendremos que fijar esas placas de metal al conector de corriente y al SSD, he de reconocer que inicialmente pensé en utilizar más pegamento instantáneo para darle mayor solidez... pero eso nos complica bastante el poder cambiar el SSD de sitio en el futuro, así que utilicé otra cosa que no debería faltar en la caja de herramientas de todo buen chapucillas: la cinta aislante.
Hay que tener cuidado de no tapar el conector SATA de datos, si no después será complicado conectar el SSD. Una vez fijado al conector, fijamos el resto al cuerpo del SSD, como la cinta aislante es bastante elástica, deberemos poner unas cuantas vueltas por encima para que quede fijo:
Vale, no queda precisamente bonito, pero ahora el conector estropeado no se volverá a doblar por mucha fuerza que haga el cable, así que ya tenemos el SSD funcionando otra vez y no lo hemos tenido que tirar a la basura.